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Obras comentadas del Museo del Prado Las tentaciones de San Antonio Abad (1520 – 1524)

Obras comentadas del Museo del Prado Las tentaciones de San Antonio Abad (1520 - 1524)
Patinir es un pintor flamenco, documentado por primera vez en 1515  en el gremio de pintores de Amberes.  Amberes en ese momento es una de las principales capitales comerciales de Europa y seguramente el lugar de Europa donde más pintura, entendida como objeto de lujo, se produce y donde más  se exporta, tanto como en las principales ciudades italianas.  Patinir hace fama desde temprano, sobre todo por una razón: se le vincula a una idea, a un concepto que es el de “pintor de paisajes”.  La gente llevaba pintando paisajes que parecen reales hace un tiempo, aparecen en la pinturaneerlandesa pero lo hacen siempre como detalles más o menos marginales de sus cuadros,  y el Bosco es el primer pintor que le da mucha importancia al paisaje, pero sigue siendo un elemento siempre como de fondo, secundario. Patinir da un paso más y hace que los paisajes sean muy protagonistas de sus cuadros, en muchos casos, tanto o más protagonistas que las figuras.  Sus paisajes responden siempre a un esquema que se ha ido desarrollando y que él consolida  que es un horizonte situado en la parte alta del cuadro, con una luz muy fuerte, muy intensa, que aparece más allá del horizonte y un esquema de colores que repite también,  que son azules en la distancia, verdes en la distancia media, y en el primer plano  un color más pardo, de paisaje real; y lo repite una y otra vez.  Lo que nos cuenta Patinir en este caso son las tentaciones de San Antonio, y aunque vemos una gran escena con unas figuras que parecen representar el momento central de la narración  hay varios momentos de una misma historia, que es una manera más anticuada o tardo-medievalde contar las cosas.  Básicamente lo que vemos es un santo que está siendo tentado y torturado por figuras  que nos recuerdan mucho a El Bosco y la fama de Patinir en parte se debe a que es un pintor que pinta de manera “bosquiana”.  En primer plano vemos una serie de mujeres muy hermosas que están ofreciendo a Antonio  una manzana, un elemento que evidentemente se identifica con el pecado original y que tiene que ver con la tentación. Nosotros vemos mujeres muy hermosas, como las ve él, pero vemos algo que él no ve  y es que detrás de él, la mujer que le está sujetando la cabeza tiene una vestimenta, 1 una capa, que tiene forma de cola de reptil quizás y una especie de pezuña o garra en la parte trasera.  Además hay otra mujer con colmillos y con una cara claramente diabólica. Entonces, estas mujeres no son lo que parecen.  Quizás de lo más bonito que tiene este cuadro es el ideal de belleza que plantea el autor de las figuras que no es Patinir.  Es otro pintor de Amberes que se llama Quentin Massys.  Y es esa belleza la que está seduciendo al Santo, y no sólo la belleza de sus caras  sino que fijaos: una pone una mano en el pecho como diciendo “te hablo de corazón” o  “te ofrezco esta manzana de corazón”. Es mentira, no lo hace así, lo hace diabólicamente.  Es bonito pensar como consecuencia de ver esta imagen, que lo mismo hace la pintura  con nosotros: nos seduce y nos hace creer que algo no real, lo es.  Existía una idea muy difundida desde la antigüedad clásica, que el bien era hermoso  y el mal era feo.  Esa es una idea muy generalizada y lo que hace un cuadro como este es darle la vuelta y decirnos que se nos puede engañar.  También aquí está San Antonio huyendo del pecado en forma de mujer.  Y las mujeres tentadoras, una de ellas es una mujer que tiene pelo largo y que se lo  está escurriendo, es una mujer que se inspira en Venus, que es fuente de amor, de deseo, de sexualidad, pues todo eso es negativo para este punto de vista.  Y es muy curioso que San Antonio parece huir hacia el bosque haciendo un gesto de exorcismo con sus manos como para defenderse del demonio. Aquí vemos a San Antonio rezando, meditando, quizás antes de que esto suceda y en el centro  del cuadro muy pequeñito se ve a San Antonio, uno tiene la sensación de que está agotado, de que ya no puede más.  Pero aparece Cristo de pie bendiciéndole, en señal un poco de su triunfo sobre el mal. Lo más importante de cuadros como estos, lo que está en juego o lo que el pintor intenta  comunicar, es una idea de contraste entre el bien y el mal. Dicho de otra manera, entre el cielo y la tierra, y este es el lugar en el que tiene  lugar este combate.  Es el paisaje, es el mundo en el que habitamos y es en este mundo en el que nos podemos sentir  atacados, o tentados por demonios como estas mujeres o como los que pinta el Bosco e imita  Patinir, una especie de combate feroz que representa concretamente San Antonio pero  que es lo que vivimos todos.

 

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