Puente de Segovia de Madrid, arquitectura milimétrica.

El río Manzanares, en toda su trayectoria, surca bajo algunos magistrales monumentos que lo enaltecen y lo colocan como una de las arterias fluviales más conocidas de España. El puente de Segovia, es una de estas arquitectónicas obras que se ha mantenido en actualidad como una representación renacentista que ha logrado ganarle al tiempo su posición en la historia.

Está ubicado estratégicamente en el cruce de la calle de Segovia en cónclave con el río Manzanares, siendo éste el principal acceso a está reconocida villa.

Tiene el privilegio de ser el puente más antiguo de la ciudad de Madrid, formando un elemento más en el programa de embellecimiento que fue propulsado por Felipe II, conociéndose para la época como puente segoviana.

Los primeros indicios sobre su construcción, están dados para el siglo XIV, cuando por autorización del rey Alfonso XI de Castilla, se procede mediante las cartas que escribió en 1345 y 1346.

El levantamiento del puente de Segovia, comienza firmemente cuando Felipe II le da instrucciones precisas a su arquitecto predilecto Juan de Herrera, quien ya llevaba a cuesta obras de excelencia como el Monasterio de El Escorial y del Palacio Real de Aranjuez.

Su construcción se extiende desde 1582 al 1584, sin embargo, después de su gran apertura, viene a comparecer ante varias reparaciones que amerita para su estancia. Fue el arquitecto José de Villarreal, que para 1648, repara el tablero superior y en ese mismo año, Teodoro Ardemans, coloca en su frente una puerta ornamental para dar mayor opulencia a esta obra arquitectónica. Con el paso del tiempo, este elemento adicional fue definitivamente eliminado.

Su punto de quiebre sucede para 1936, durante la Guerra Civil Española, proceden, el bando republicano, a volarlo para evitar la entrada a Madrid de las tropas franquistas que estaban al mando del General Yagüe.

Una vez desaparecida esta contienda, el puente de Segovia se reconstruye aprovechando de darle algunas variaciones para combinarlas con el diseño inicial, procediendo a su ensanche y colocándole cuatro patines y un embarcadero ubicados específicamente a sus pies, dentro del marco de las obras de la canalización del río Manzanares.

Puente de Segovia de Madrid, arquitectura milimétrica.

El puente de Segovia, está levantado en especiales sillares hechos de puro granito, los cuales consta de 9 ojos con arcos de medio punto almohadillados, con pilares custodios por tajamares cónico que le brida aun mas fortaleza.

El arco que más atención devenga es el central, siendo el que regula el haz de luz que se proyecta decrecientemente hacia los de menor ancho ubicado en cada extremo.

Un antepecho sirve de corona al puente con aspecto sencillo que va recorriendo linealmente la imposta, y por la parte superior de ellas, se configura los adornos esféricos, también de granito, siguiendo estrictamente la caída vertical que se asoma en los pilares.

Tan igual que su par, el Puente de Toledo, el puente de Segovia se aprecia en adornos con sus jardines con más de 39.000 metros cuadrados que le dan acceso a este monumental y antiguo puente del siglo XVI.

Dos fuentes y dos jardines fluviales le dan majestuosidad para quienes quieren recrearse en un singular lugar al abrigo de los grandes patines que se apostan en la canalización del río Manzanares.

Estos jardines abrigan unos 13.000 metros cuadrados de pradera y 332 árboles de 11 especies que se diferencian entre sí, siendo los más destacados los álamos, castaños de indias, tilos, plátanos, almeces, ginkgos, magnolios, cipreses, sóphoras y robles, que le dan ese ímpetu que se entrelazan junto con el puente de Segovia.

A partir del año 1970, recorre por su costado la circunvalación M-30 y algunas reconstrucciones sufridas en el año 2005 y 2006 lo desubican un poco de su arquitectura, pero aun así se conserva como el puente orgullo más antiguo que se impone en la ciudad de Madrid.